Un tal Pierre Bayard publicó un libro, "Cómo hablar de los libros que no se han leído".
Bueno, este Bayard no nos revela nada no hayamos sabido
antes. Quizás sistematiza conocimientos que estaban desperdigados, y hay ahí un
mérito, módico por cierto.
Es sabido que las solapas y contratapas son la fuente
primordial. El editor quiere vender, no le interesa que quién compre el libro
lo lea, eso es un subproducto interesante, pero no necesario.
Hay que tener cuidado, eso sí, con las reseñas de los
diarios. Conviene saber quién es el autor del comentario, por ejemplo: NO es lo
mismo una crítica laudatoria de, digamos, Mempo Giardinelli en P/12, que un
análisis encomiástico de - pongamos - Marcos Aguinis en LN. Los análisis de
“Eñe” tienden a parecerse a las solapas y contratapas anteriormente citadas.
Ha demostrado ser de utilidad, para hablar de un libro sin
haberlo leído, repasar el catálogo de la editorial. La
presencia de autores y temáticas reveladas desde el título puede aportar un
cotillón que no es imprescindible, pero realza la exposición.
La nacionalidad y "capilla" literaria a las que
pertenece el autor del libro que no hemos leído, y que probablemente nunca
leamos - suelen ser, también, campo fértil para hablar de éste último, el
libro, digo.
Ayuda mucho, eso sí, haber leído "otros" libros.
No necesariamente del autor, aunque es recomendable.
Normalmente
las personas se fijan en la opinión que tenga uno respecto de las cosas que a
ellas les importan. Por lo tanto, si está usted comentando literatura con un
acérrimo defensor de la libertad de los mercados, es más que probable que se
incline a valorar muy bien a Mario Vargas Llosa y su obra (si bien algunos
textos juveniles no coincidan con su posición política actual, exactamente).
Por tanto, si usted introduce loas al premio Nobel ® peruano en su exposición,
su interlocutor tenderá a ser benevolente con sus dichos, los suyos de usted,
los de Varguitas ya sabemos que los suscribe punto por punto.
Esta
benevolencia, o disposición positiva hacia su persona, la suya de usted, ya
vimos que su partenaire al escribidor arequipeño lo quiere sin fisuras, hará
que si por una improbable casualidad caiga en sus manos, las de su
interlocutor, digo, el libro en cuestión, busque, y encuentre, más
coincidencias que divergencias entre su lectura y los comentarios que usted
haya emitido sobre el libro en cuestión.
Otros
métodos para hablar de libros que no se han leído se detallan en el libro de
Vassili Pogoriles “Autores inexistentes”, que , por otra parte, no nos revela
nada que no hayamos sabido antes…
Gracias a Tino Hargén, acá: http://hargentina.blogspot.com/2012/02/leyendo-habla-cualquiera.html ,
por la idea.
udi, marzo de 2012
2 comentarios:
Mi experiencia es que lo que dice en las solapas y contratapas de los libros en realidad tienen poco que ver con el contenido del mismo . Pero bueno entiendo que para hacerse el intelectual de los tiempos modernos digamos seria una forma de marketing literario .
Un abrazo
Gracias por la mención. Y en todo lo que decis estoy de acuerdo, las solapas y la contratapa son fundamentales, o lo eran en mi caso antes de internet, donde pordia decidir comprar un libro de acuerdo a lo esas lecturas de presentación me impactaran. Debe ser todo un arte hacer buenas textos de contratapas y solapas. Y si, es marketing, pero necesario, el tema es que esté bien escrito, sin que el que lo escribío quiera lucirse con eso, y de en el clavo. En general a mi me dejaban satisfechos aquellos libros que despues de leerlos era como que honraban lo que se habia promtetido en la contratapa/solapa.
Un abrazo UDI!
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