Bella Ciao, una versión "pulenta pulenta"

viernes, 21 de marzo de 2008

Gran Evento en Rosario


Mis queridos: la ciudad de Rosario, que resignadamente soporta mi presencia desde hace ya ¡Ay! tantos años, se viste de gala para la realización de un evento sin par, del cual este humilde polígrafo quiere dar cuenta.En efecto, se cumple este año el vigésimo aniversario de la creación de una institución que ha marcado rumbos en la defensa de ese inestimable bien al que tantos poetas han cantado, y por el que tantos luchadores han dejado la vida: la LIBERTAD.En este caso concreto, la libertad de los mercados.Así es, mis estimados, ilustrísimos nombres se han de dar cita en la "Capital de los cereales" para celebrar la persistencia de una idea, la coherencia de un pensamiento, la convicción en los principios, la tenacidad en un norte: ¡Los beneficios!
¡Pasen y vean!

Huelga decir que semejante reunión de preclaros defensores de los derechos humanos capitales ¿O del capital? llamó la atención de este curioso escriba, y hete aquí que entre tanto ex-presidente, afamado novelista y acérrimo defensor del estado de derecho aparece un hidalgo apellido que le trae a vuestro barrial polígrafo ciertos recuerdos de años atrás, el aciago 2002, a mor de precisión. Hurgando en la memoria de la compu, y en formato accesible, apareció un intercambio epistolar entre un servidor y este encumbrado personaje, a quién nunca dejaré de agradecer por haberse dignado a polemizar con un ignoto y oscuro amateur de la economía.A continuación, pues, una nota de nuestro invitado, la respuesta un tanto iracunda de el polígrafo del Barrio La República, y el esclarecedor - aunque un tanto escabroso - cruce de correos posterior.¡Que lo disfruten! Y si no fue de vuestro agrado, sufridos lectores, hacédmelo saber, que nunca es tarde para aprender.


*Udi,
udi.cuatro.catorce@gmail.com
rosario, marzo de 2008

Argentina: El espectro de la hiperinflación
por Lorenzo Bernaldo de Quirós
Lorenzo Bernaldo de Quirós es presidente de Freemarket International Consulting en Madrid, España y académico asociado del Cato Institute.

Los últimos acontecimientos de Argentina muestran un hecho relevante: un país no tiene fondo, su caída puede ser permanente. La negativa del Fondo Monetario Internacional a proporcionar asistencia financiera al Gobierno Duhalde es lógica y positiva. Lógica, porque no existe un programa económico capaz de sacar a la república austral de su dramática situación; positiva, porque una nueva inyección de liquidez del FMI equivaldría a suministrar un poco de oxígeno a un enfermo cuya asfixia es inevitable. Por otra parte, el papel de la institución internacional en Argentina ha sido muy negativo. Sus sucesivos apoyos a los gobiernos han sido un anestésico que ha retrasado el enfrentamiento del país con la realidad y ha retrasado la introducción de las medidas que necesita para superar la crisis.
Lejos de invertir su enloquecida deriva populista y su incompetencia técnica, Duhalde es contumaz en el error y avanza de manera decidida hacia el desastre. En unos pocos meses, ha desmantelado los modestos avances liberalizadores realizados en los años 90 del siglo pasado. El corralito y el corralón ha causado un daño irreparable al sistema bancario. El establecimiento de barreras arancelarias para determinados bienes, servicios y transacciones financieras junto a los impuestos cargados sobre las exportaciones de algunos productos suponen una vuelta al proteccionismo. Los ejemplos podrían multiplicarse. El gabinete peronista ha liquidado con una sorprendente rapidez las reformas introducidas en el primer mandato de Menem y ha reconstruido una economía de corte mercantilista con el pretexto de luchar contra la crisis. Como era previsible, la flotación del peso en ausencia de un marco fiscal y monetario consistente se iba a traducir en una fuerte depreciación de esa divisa. Cualquier economista mínimamente informado lo sabe aunque, según parece, el gabinete peronista lo ignora. Ante un panorama de esta naturaleza, el movimiento siguiente de Duhalde era previsible: introducir controles de cambios para impedir la caída libre del peso. Sin embargo, esta iniciativa no resolverá ningún problema y creará otros. En concreto, permitirá el desarrollo de un lucrativo mercado negro de divisas, fomentará la corrupción y distorsionará aún más el funcionamiento de la economía. A las distorsiones creadas por el primer programa Duhalde en los mercados de bienes y servicios se unen ahora las generadas en el de cambios. Pero ahí no terminan las cosas. Sin un banco central independiente con un objetivo de inflación preciso, la devaluación ha desencadenado un proceso inflacionario que puede desembocar en una hiperinflación. En ausencia de un marco monetario creíble, las expectativas inflacionarias de los agentes económico internos y externos se disparan, ya que no existe ningún freno institucional a la creación de dinero. Se produce así una intensa presión depreciatoria sobre la tasa de cambio de la moneda argentina, ya que ni los nacionales ni los extranjeros desean mantener unos pesos incapaces de mantener su valor. En consecuencia, quieren deshacerse de ellos y adquirir dólares u otras monedas fuertes para salvaguardar su riqueza y su poder de compra. Esto impulsa una dinámica bajista en el precio de la valuta austral.
La depreciación de la divisa es un voto de desconfianza de los mercados al Gobierno Duhalde. щste considera que la magnitud de la pérdida de valor del peso es excesiva e injustificada. De acuerdo con esta afirmación se habría producido una sobrerreacción bajista en la tasa de cambio del peso al estilo de las descritas por Dornbusch. Si esto fuese cierto, los controles cambiarios estarían en parte justificados. Sin embargo, este enfoque es erróneo. La intensidad de la caída del peso recoge las expectativas racionales de los agentes económicos, su convicción de que no existe ninguna restricción a su pérdida de valor. En este contexto, los controles de cambios serán insostenibles y la inflación reprimida por ellos se desbordará. Cuando se pone en marcha una tendencia de esta naturaleza, se llega a la hiperinflación a una velocidad de vértigo. ¿Es inevitable la hiperinflación? La respuesta es mixta. Sin un banco central consagrado a lograr la estabilidad de los precios, las expectativas inflacionarias desatadas por la política de Duhalde producirán una coyuntura hiperinflacionaria. En este caso, Argentina habría logrado otro récord: convertir en poco más de un año una coyuntura deflacionaria en una hiperinflación. En la práctica, esto es el resultado de la desagradable aritmética monetarista descrita por Sargent y Wallace a finales de los 70. Cuando un Gobierno se siente incapaz de reducir el binomio déficit/endeudamiento a través de medios ortodoxos, la tentación de imprimir billetes para financiar esos desequilibrioses muy alta. щsta es en buena medida la situación de Argentina y, por tanto, el espectro de la hiperinflación, vuelve a planear sobre la república austral.

Hasta aquí las valiosas premoniciones de nuestro ilustre visitante. A continuación una respuesta, publicada en
www.postalesdelsur.com
, el 02-04-02, de talante algo irónico - concedo - con críticas crudas, afirmaciones temerarias, predicciones agoreras y final cuasi litúrgico.

ARGENTINA: LA TANGIBLE PRESENCIA DE LA HIPERINFLACION

La nota de opinión (Argentina: El espectro de la Hiperinflación) publicada en la portada de Postales del Sur (http://www.postalesdelsur.com/opinion/hiper.htm) por el presidente de Freemarket International Consulting y académico asociado del Cato Institute, quién responde al hispánico nombre de Lorenzo Bernaldo de Quirós, constituye una buena muestra de cinismo, mala fe, e intento de hacer pasar gato por liebre, adornando ideología reaccionaria con lenguaje pretendidamente "científico". Desde el título mismo el autor amenaza, no advierte, con la hiperinflación, de infausta memoria para los argentinos. Conjurando a los espectros el escriba nos infunde el temor a Dios si no se aplican las recetas que la ortodoxia neo-liberal prescribe, escamoteando - eso sí - que la enfermedad que padecemos se debe a la aplicación ininterrumpida de los brebajes que los médicos brujos del F.M.I. nos suministraron durante veinticinco años en forma ininterrumpida. Los últimos años han sido pródigos en producir profesionales de las ciencias sociales que - a sueldo del capital financiero multinacional - se ocuparon de introducir cargas de significado interesadas para viejos y universales conceptos. De tal modo, y a título de ejemplo, "Déficit fiscal" pasó a ser la diferencia entre lo que un estado recauda, y lo que gasta, después de pagados los servicios de su deuda, y no antes como la ciencia económica - y el sentido común - entienden. Claro que para esto primero debieron - los coreutas del capital financiero - convertir la economía, ciencia social, en Crematística, subproducto de ésta que se ocupa del dinero, la moneda, los medios de pago. El dato no es menor: para vendernos el neo-liberalismo primero debieron convencernos de tomar a la parte - el dinero - por el todo - la economía.
Arranca su arenga partidista el articulista de hidalgo nombre con alabanzas al Fondo Monetario, por haberse éste decidido a tomar el toro por las astas - valga para el caso la ibérica comparación - y exigir a la Argentina auténticas medidas liberalizadoras, deplorando que en el pasado el organismo de crédito internacional haya sido tan "anestésico", retrasando de ese modo " el enfrentamiento del país con la realidad ", lo real es la liberalización, cualquier otro marco teórico es realismo mágico, latinoamericano, poco trabajador. Más adelante nos informa el autor que se han desmantelado los modestos avances liberalizadores de los años '90 a manos de la deriva "populista". Claro como el agua clara: Liberalizar es hacer ciencia, populismo es ideología. Saber frente a superstición, ni Comte lo hubiese explicado mejor. La peor lacra positivista en manos de los sacerdotes de la nueva religión: neo- liberalismo o muerte, exclamarían, si se les cayera la máscara. Claro que para cualquier persona con mínimas dosis de sentido común la consigna es ligeramente distinta: Neo-liberalismo ES muerte. El llanto de los cocodrilos es impresionante: No deja altar sin derramar una lágrima. El ilegítimo gobierno argentino avanza a paso redoblado licuando: pasivos empresarios y devaluados salarios. Pero ni siquiera esto les alcanza a los lacayos de los nuevos condes transilvanos. Quieren todo: pasivos licuados, si. Salarios devaluados: mejor. Barreras arancelarias: ¡Bajadlas! Retenciones a las exportaciones: ¡Quitadlas, coño! ¿Control de cambios? ¡Vade Retro, Satanás! ¡Como lamenta nuestro admonitor de turno que se hayan liquidado las "reformas introducidas en el primer mandato de Menem"! En fin, después de acudir a la aritmética monetarista para respaldar la contundencia de sus amenazas si no se recurre a los métodos ortodoxos, el autor advierte contra la tentación de comer del árbol de la emisión monetaria, violando los preceptos de su vengativo Dios, quién no dudará en sacrificarnos en el altar del equilibrio fiscal.
Si bien llamar "populista" al gobierno argentino es todo un alarde imaginativo no debemos engañarnos. El capital financiero se cura en salud - ¡Sabedlo, oh menesterosos argentinos! - y presiona antes para crear las condiciones que llevarán a su objetivo de máxima, a saber: Hiperinflación Golpe de mercado y Golpe político cívico-militar (Si hace falta) Dolarización cinco por uno no va a quedar ninguno (argentino con trabajo digno) Salarios de 100 dólares (¡Por fin como en Brasil!) Privatización de lo que quede (Primero los Bancos Nación y Provincia de Buenos Aires) Ejecución de la cartera crediticia de esos bancos oficiales (Pequeños y medianos productores rurales de la Pampa Húmeda) Recompra de las empresas de Servicios Públicos por el capital norteamericano (Desplazando al corrupto capital europeo por su ético competidor) Elecciones (Jueguen un rato) Reutemann al gobierno (Cristalización del modelo latinoamericano en la esquiva República Argentina) Anclaje de nuestro país al Area de Libre Comercio de las Américas, per sécula seculorum, Amén En éste cronograma los primeros ocho pasos vendrían a ser la expiación, mientras los dos últimos serían la tan anhelada redención, tras la cual los argentinos por fin se convertirían a la verdadera FE:


NO HAY MAS DIOS QUE MAMON, MILTON FRIEDMAN ES SU PROFETA, Y EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL ES SU UNICA IGLESIA ACEPTADA.

Esta fue, mis queridos, escasos, pero no por eso menos apreciados lectores la respuesta que el polígrafo del barrio La República urdió en aquellos aciagos días ¡6 años pasaron, cáspita! y a continuación el interesante y elevado intercambio epistolar.
----- Original Message -----
From: Lorenzo Bernaldo de Quiros
To: Raul
Sent: Wednesday, April 03, 2002 1:37 PM
Subject: ATT. Sr. Raul
Estimado Amigo:
Su comentario a mi artículo "Argentina. El Espectro de la Hiperinflación" es una mezcla casi perfecta de descalificaciones personales, juicios sobre intenciones y descocimiento elemental de teoría económica que no merecerían respuesta si no fuese por la insustancialidad de sus planteamientos. Es goresca y recuerda volvidados "tics" totalitarios su argumentación de que quienes no piensan como usted están al servicio de oscuros intereses. ¿A cuáles sirve usted? ¿a los de un personaje de García Márquez definido como feliz e indococumentado o a los de una clase política que ha convertido uno de los países más ricos del mundo en uno cuasi tercermundista?Mi artículo no contine alabanza alguna del FMI, sino todo lo contrario, una crítica de su política. Por tanto, usted o no ha leído lo que he escrito o lo manipula con una falta de honestidad intelectual olímpica. Usted puede pensar lo que quiera, falltaría más, pero sus alegatos no impedirán que si no se aplica la política económica adecuada, la que defiende cualquier persona que sepa algo del asunto, Argentina se hundirá en el caos. Me remito a los hechos. Dentro de unos meses o semanas, la situación argentina será insostenible. Entonces, usted y quienes convierten al enemigo externo en la causa de todos sus males se llevarán una auténtica sorpresa.Un saludo afectuoso, LBQ

Aquí, para finalizar este plomo, la respuesta de un servidor.
Estimado Lorenzo:
Gracias por calificar mi comentario de "muestra casi perfecta", sabía que estaba cerca, pero ahora confirmo que las cosas no me salen del todo mal.
Tengo algunas dudas:
1) O mi lógica falla, o debo entender que la insustancialidad de mis planteamientos es lo que amerita su conceptuosa respuesta, por principio de contradicción infiero que si mis argumentos tuvieran sustancia no habría merecido su presente contestación. Poco caballeroso, o un tanto ilógico de su parte.
2) Yo no dije que quienes no piensen como yo estan al servicio de oscuros intereses. Digo, y repito, que su artículo está al servicio del capital financiero internacional. Nada oscuro, bien a la luz. Ya que estamos me extiendo:Las personas se mueven por intereses, todos lo hacemos, y generalmente nuestras ideas politicas, económicas y jurídicas responden a esos intereses. Por ejemplo: si mi lugar en la producción es el de propietario de un banco, es altamente probable que tienda yo a considerar como sacrosanto el derecho a la propiedad privada de los medios de producción. Afortunadamente no soy propietario de un banco, tarea riesgosa, con altas dosis de stress y mal remunerada.
3) Se pregunta Usted (aunque algo me dice que su curiosidad es pura amabilidad) a qué intereses sirvo yo. La pregunta es muy buena, tanto que titubeo de dar una respuesta unívoca, pero intentaré condensar:
a) El oro de Moscú
b) Los habanos de Fidel Castro
c) La cuarta internacional
d) La barba de Bin Laden
e) La felicidad del pueblo argentino
La resolución correcta de este sencillo múltiple elección no acredita un IQ elevado, pero ha demostrado ser muy efectivo a la hora de detectar partículas de sentido común.
4) Su "crítica" al FMI me recuerda a un cuento de Borges, a riesgo de ser pedante lo referiré brevemente: " En las afueras de Minsk se encuentran dos buhoneros judíos. Uno de ellos interpela al segundo: - ¿Adónde vas Jacobo? Este responde: - A Tcharkoie Selo, Daniel. Daniel entonces lo increpa: - Mientes, Jacobo, mientes. Me dices que vas a Tcharkoie Selo para que yo piense que vas a Ekaterinenburgo, pero en realidad vas a Tcharkoie Selo"
Dado que el mensaje puede ser poco perspicuo agregaré que la crítica puede ser de derechas, o de izquierdas. Dejo a su criterio definir de qué tipo es la suya.
5) Me predice Usted que Argentina "se hundirá en el caos". ¡ Caramba ! Mi modesta percepción viviendo aquí es que ya estamos comodamente instalados en él. Me pregunto - al pasar - ¿Se deberá a las malas políticas económicas de gobiernos izquierdistas en los últimos veinticinco años? Dudo - con permiso - que puedan calificar para esa categoría (la de izquierdistas) personajes como Martínez de Hoz, Sourruille, Cavallo, Machinea, etc.Posiblemente la proverbial ingratitud del pueblo argentino sea la culpable de que no se le rindan los honores correspondientes a tan denodados defensores de la libertad de los mercados. Tal vez tenga que ver con esto la errónea percepción por parte de este desleal pueblo de que para respetar dicha libertad hubieron de desaparecer 30.000 argentinos, marchar al exilio varios cientos de miles, y vegetar en la desocupación unos cuantos millones.
6) Por último - a no desesperar - insiste Usted en recomendarnos la "política económica adecuada", que - es de suponer - responde a la "teoría económica" de la cual soy particularmente ignaro. Bueno, quizás la intención sea que en dosis homeopáticas la ponzoña acabe por generar anticuerpos, así que: Bienvenidos Capitales que cobran tarifas que triplican las internacionales, Bancos que aplican tasas de interés en moneda dura que triplican la que se cobra en sus países sede, Gurúes económicos que proponen elevar los impuestos para cumplir con los servicios de una deuda inflada ficticiamente con asientos contables que no existen, y muchos etceteras. Pero como me arriesgo a que todo esto sea descalificado como "Ideología", permítame usted recordarle que la organización económica de una sociedad es una "construcción social" y no una dotación de la naturaleza, y como tal sujeta a las transformaciones que los hombres le impongan. de tal modo que si movemos la piedra basal de la economía capitalista - la propiedad privada de los medios de producción (sólo de estos) - todas las curvas, proyecciones, estadísticas, econometrías y variopinta gama de mediciones que ocultan tras el papelerío la miserable verdad se caen, che, se caen .
Así que no me vengan con ciencia, o como un patético economista argentino dijo: Las leyes de la economía son como la Ley de Gravedad. Olvidó, el muy ruín, que a diferencia del sistema solar, en economía sí podemos cambiar el centro alrededor del cual giran los planetas. Lo que los hombres hicieron, pueden deshacerlo. Si eso redundará en su beneficio, o no, es otra discusión. Pero es inaceptable que alguien defina como ciencia a un conocimiento que no puede cumplir premisas universales. Eso es deshonestidad intelectual.AtentamentePD: advierte usted que dentro de unas semanas se cumplirán sus pronósticos. ¡Pero si yo nunca dije que no fuese a suceder! La hiperiflación no es un espectro, es una realidad tangible que sólo espera una definición política para acelerarse.
"Los momentos en que somos más libres e iguales en este sistema son aquellos que dedicamos a la consecución de la utopía. El resto del tiempo somos meros esclavos."