Bella Ciao, una versión "pulenta pulenta"

sábado, 6 de noviembre de 2010

Clap. clap. clap, clap

Aplauso, medalla y beso:

"La versión deshistorizada de Kirchner ignora las tendencias históricas que confluyeron en su ascenso y las demandas sociales de las que él se hizo cargo. Al presentarlo como un plato volador que, como en el comienzo de V Invasión Extraterrestre, apareció de repente para posarse sobre un país en llamas e inventar todo desde cero, se ignora que el mayor acierto de Kirchner, donde residía buena parte de su inteligencia política, fue su capacidad para interpretar corrientes sociales más o menos subterráneas pero preexistentes y poner en función de ellas todo el peso institucional de su gobierno y toda la potencia política de su voluntad.

Para un sector del progresismo, esto le quita valor: Kirchner es para ellos un simulacro, un conservador disfrazado de progresista, que se apropió de algunos temas ajenos por oportunismo, pura conveniencia electoral, simulando ser algo que nunca será: el buen izquierdista debe entonces revelar a la sociedad el fondo reaccionario oculto tras el cotillón de falsa izquierda del kirchnerismo. Esta crítica tiene la ventaja de no limitarse a los aspectos formales e institucionales en los que suelen descansar la mayoría de los cuestionamientos y contribuye a agregar nuevos temas: la minería, el cuidado del medio ambiente, la redistribución del ingreso, etc. Pero pasa por alto –núcleo de mi crítica a la crítica– el efecto estructural de las transformaciones realizadas por el kirchnerismo.

El hecho de que muchas de sus decisiones más importantes no hayan sido un invento suyo sino creaciones colectivas anteriores no le quita sino que le agrega valor al legado de Kirchner: un líder no es alguien que tiene ideas, sino alguien que sabe cómo llevarlas a la práctica. Consciente de que la crisis del 2001 era una bisagra entre dos períodos históricos, Kirchner supo interpretar mejor que nadie los vientos de la época. Los opositores que ignoran este hecho suelen centrar su enojo en la personalidad del ex presidente, en su estilo: el conflicto social y político no sería el resultado de las tensiones estructurales de la sociedad ni de los intereses y las ideologías de los actores en disputa, sino un efecto del ánimo confrontativo de Kirchner.

Una mirada miope, desde luego, pero no menos que aquella que concibe al ciclo kirchnerista como el simple resultado de la voluntad de un salvador que un día llegó del frío."

José Natanson, en Página/12, hoy

2 comentarios:

Paola dijo...

Excelente el hecho escrito, y el de publicarlo, también. que buena manera de expresar la crítica a la crítica miope.
Me hizo recordar a esta otra crítica que tiene algo de eso:(Sobre el sufragio femenino)
... (Eva Perón) lo recibió hecho. Nunca se había ocupado del problema, que yo sepa. Era una mujer muy rebelde. Ella quería salir de su medio, que fue lo que hizo finalmente. Después, cuando se dedicó a aliviar la situación de los trabajadores, expresaba también el mismo sentimiento de rebeldía de las que querían el sufragio. (de un escrito de A Moreau de Justo)
Saludos, y besos.

MiTucumán dijo...

Coincido y me hace muy feliz saberlo:

"muchas de sus decisiones fueron creaciones colectivas y eso le agrega valor al legado de Kirchner"