Bella Ciao, una versión "pulenta pulenta"

martes, 5 de junio de 2012

Aparición con vida y castigo a los culpables

Azuzando a las bestias...

"Fue tan rápido que no pudimos hacer nada", nos relató - sin dar su nombre - una de las manifestantes del acto relámpago en la esquina de Santa Fe y Callao el viernes pasado. "Yo iba a buscarlo, como todas las semanas después de cobrar el alquiler del campo, y en la agencia me dijeron que no estaba, que era una incógnita. Voy a volver, por supuesto. Ya nos estamos organizando, con un grupo vamos a ir todos los jueves a la puerta de la agencia, a exigir explicaciones; que nos digan algo, alguna respuesta. Es terrible vivir en esta incertidumbre. Pero no vamos a entregarnos, nuestra lucha es justa y queremos que nos los devuelvan."

Hay momentos en la vida de un periodista en que resulta imposible mantener nuestra objetividad e imparcialidad. El polígrafo del Barrio La República siente que ha llegado ese instante supremo en el que se debe tomar partido, "partido hasta mancharse", como diría el poeta, y abandonar las torres de marfil desde las que velamos por el bienestar del conjunto de la sociedad. Este, mis estimados lectores, es uno de ellos. Por lo tanto, este cronista abandonará su habitual modo de informar, para pasar a la primera persona, con la carga subjetiva que ello conlleva.

La tarde del viernes el aire estaba cargado de presagios. Las calles de la city, habitualmente trajinadas por personas abstraídas en sus preocupaciones, mostraban pequeños grupos que se reunían por escasos minutos, disolviéndose rápidamente ante la llegada - real o presunta - de los feroces perros rastreadores y sus guardianes azuzándolos contra la masa. "¡Acá hay uno, acá hay uno!", se escuchaba de a ratos, y a los pocos segundos un pequeño remolino frente a una pizarra delataba que los pretores estaban llevando a cabo su macabra tarea. En la puerta de una agencia, unos pocos, más valientes, o más hartos, deciden hablar:
- Se los están llevando, y no hacemos nada... - La voz va pasando del susurro temeroso a la indignación:
 - A este paso no quedará ninguno.
 - ¿Y qué podemos hacer?
 - ¡Juntarnos, protestar, denunciar el atropello!
Una mujer decide entonces que la vida sin ellos no tiene sentido, y  - como santo y seña - repite una consigna:
- ¡Mostremos al mundo lo que nos están haciendo! ¡Si nos unimos y organizamos no podrán llevárselos a todos! ¡Esta noche, a las 8, protestemos! ¡Vamos a  decirles que no tenemos miedo!

Es en nuestras mujeres, siempre creí esto, que se anida lo mejor de nosotros. El coraje tiene cara de mujer. Ellas son el sostén de nuestras más caras tradiciones. Herederas de espartanas y romanas, han sabido mantener en alto la dignidad y los valores más altos e irrenunciables, aquellos sin los cuales no vale la pena vivir.


Matronas Argentinas
 A las ocho menos cinco, nada parecía distinto de otro viernes en esa esquina. Cinco minutos después, reconociéndose en el distintivo que portaban, pero antes que ninguna otra cosa en la profundidad de su dolor, las voces de la patria, surgían del subsuelo sublevado. Los rostros tersos y el cabello cuidado, la ropa de marca y el aroma de las grandes gestas los identificaban.
Ningún miedo pudo más que el afán de reivindicación, que el sufrimiento por el despojo. Lo más preciado les había sido arrebatado: ¿A qué temer, entonces? ¿Acaso hay algo peor que este dolor inconmensurable?
El grito de la multitud se hace uno, y nadie con un corazón en el pecho y un alma inmortal puede sustraerse a su potencia y pasión:
¡Que nos digan adónde
han escondido las flores
que aromaron las calles
persiguiendo un destino!
¿Dónde, dónde se han ido?
El verde motivo de nuestras vidas...






9 comentarios:

Nando Bonatto dijo...

dolardictos en abstinencia

Javier dijo...

Asco da una batalla en pos de tan elevados ideales

Abrazo

Anónimo dijo...

A los que se dejan , por unos mangos,se les llama prostituídos. Cómo se les llaman a éstos,capaz de desear que el país se desmorone, por unos mangos verdes?
Paola

Ricardo dijo...

Gran texto, maestro.

Coincido en que las mujeres son las guardianas más celosas de las caras tradiciones de nuestra Patria y de cualquier otra. Como por ejemplo de la Patria de estos protestones, que no pareciera ser la misma, aunque coincidan en cada uno de los mojones: eran las mujeres las más exaltadas esa noche de viernes y la siguiente de sábado.
Triste. Ni pantalones tienen sus maridos, amantes o concuñados (?).

Un abrazo.

Rucio dijo...

A ver Udi, me gustaría que sea más específico con eso de "el aroma de las grandes gestas". ¿se refiere a bosta de vaca mezclado con glisofato o de ese perfume francés que ya es tan difícil conseguir por culpa de Moreno?

ram dijo...

La verdad es que esas mujeres, sí, deben ser guardianas, digo más, mi perra doberman tiene gestos más amables.
Debiéramos ser un rato frívolos y mirar a esa caterva de bagayos pretendidamente femeninos con ojos fashion.
¿Notaron la suprema fealdad de estas damas?... vestidas en boutique y con llas de plata pero, esas caruchas!!!, ni un simposio de cirujanos las salva; la verdad es que no solo tienen oscuro el "interior", son tan fuleras por fuera, pobres, me hacen acordar a mi abuela, que decía, "dios castiga pero no con palos" y, lo cierto es que esas caripelas han de llevarlas como castigo, como justicia divina que les llegó.
Y ni siquiera falta la de cara "originaria" pero químicamente rubia, típica del aluvión garca (y zoológico, por bichos).
En fin, si acá hubiera "fachismo", cagarían fulero por sub-humanos, por ser tan poco apropiados para "raza de señores", o de "señoras", no?

Udi dijo...

Nando: por mucho que se abstengan no van a adelgazar.

Javier: Dorian Gray, por lo menos, podía ver los estragos que sus vicios provocaban en su retrato. Esta gente tiene solamente el espejo, que no les muestra el alma. por eso no sienten asco de sí mismos.

Paola: no se engañe, si el país se cae, será arriba nuestro, ellos siempre quedaron arriba, por eso lo desean.

Ricardo: asi como las espartanas incitaban a sus hijos, maridos, hermanos y amantes a volver con el escudo o "sobre él", estas arpías salen a la calle a defender el honor mancillado de sus hombres, a quienes ven como débiles por rendirse ante una mujer. Son las transmisoras del virus del machismo argento, al que habrá que erradicar también.

Rucio: me disculpo por no haber sido más específico. Estimo que si les da los dólares bañados en bosta los agarran igual.

Gracias por pasar, besos a quién corresponde y abrazos a los demás.

Udi dijo...

Ram: es el rictus de la avaricia el que les deforma la cara.

Abrazo !

Anónimo dijo...

Excelente!!
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